A Netflix no le parece estar hiendo todo lo bien que esperaba con el plan barato con anuncios que lanzo hace unos meses, algo que puede hacer replantear la estrategia para reducir la producción de nuevas series y contenidos durante este año.
El que fue el primer servicio de streaming del mercado está creciendo muy lentamente, y el plan con publicidad no parece que está haciendo aumentar los suscriptores de la manera que la empresa esperaba.
Netflix tiene por delante un futuro muy incierto, el aumento de los costes de financiación de la producción y el aumento de la competencia de Disney+ y Amazon Prime están mermando las arcas del gigante del streaming que tampoco se puede permitir ir aumentando los precios eternamente y que no ingresa dinero con otros negocios como si hace su competencia.
¿Por qué no funciona el plan con anuncios de Netflix?
Básicamente, porque pagar 5.49€ en España y 6,99 dólares en EE.UU, por un plan con una calidad de imagen HD/720p, sin la opción de poder descargar contenidos para verlos más tarde, un catálogo recortado y con anuncios de 20 segundos cada 4/5 minutos por cada hora de contenido reproducido, no parece lo suficientemente atractivo teniendo en cuenta que la razón de existir de las plataformas de streaming era poder ver contenidos cuando quieras y sin anuncios huyendo así de los canales lineales tradicionales.
Según informa Reuters, este modelo de suscripción no ha conseguido atraer la atención suficiente como para que las suscripciones aumenten, ni aun ocultando el plan de 7,99€ en su página web lo están consiguiendo, por lo que Netflix no está cumpliendo con sus predicciones y no está aumentando las suscripciones y tampoco sus ingresos.
Netflix parece estar trabajando a la desesperada buscando el éxito inmediato y cancelando series con buenas cifras de audiencias y buenas críticas, pero no lo suficiente para mantenerlas y así fidelizar a una audiencia que cada vez está perdiendo más confianza, porque nunca sabe si la serie que va a empezar a ver tendrá un final.
Visto lo visto, el único final que parece cierto para Netflix es que terminará vendiéndose a Microsoft o cualquier otro gigante tecnológico que pueda estar interesado en comprarla, porque a corto plazo no parece que la situación pueda cambiar.